lunes, 23 de febrero de 2015


Dolor con fe de salvación







El mejor amigo del hombre  y tal vez el más fiel, termina siendo más que un amigo; parte de la familia o muchas veces pasa por el papel de “hijo”. Es así como este cachorro  llamado Coco,  nacido en una familia extensa  de la cual fue separado a sus quince días de nacimiento, corrió con suerte y fue adoptado por una familia humana llena de cariño y amor para brindarle. A sus tres meses de edad sufre el virus de la parvo virosis, este virus ataca  algunas células claves del aparato digestivo y provoca diarrea, depresión y, si no se ataja, incluso puede causar el fallecimiento del cachorro.

Coco, pasaba sus días sin comer  y  sus amos no identificaban esta  anomalía, aún sin saber qué era lo que afligía al indefenso animal, decidieron llevarlo al veterinario popular de barrio. Éste indicó que ya no se podía hacer nada con él y que sus horas estaban contadas; palabras más, palabras menos; sugirió la famosa y típica inyección que lo llevaría  directamente a  su muerte final.

Esta familia desconcertada pero sin perder la esperanza, optaron por llevarlo a una clínica aún más especializada; ubicada en el barrio Restrepo de la ciudad de Bogotá.
Ingresa por la sala de urgencias, sin saber qué sucedería y algo desconcertado, inmediatamente es canalizado. Los especialistas lo dejan en observación. Al paso de tres días de desespero del “amigo peludo”, aun cuando los expertos agotan las esperanzas de salvación. Esta familia con fe y amor deciden llenar su camilla de fotografías y letreros, algunos de ellos  decían: “Vuelve pronto, te amamos con el corazón. Att: Tu hermosa familia”

Sin entender cómo ni por qué, al quinto día de su hospitalización se levanta de su camilla y come por primera vez, después de seis días de tragedia y horror.

El amor de una familia unida y la fe, consumieron hasta la última posibilidad de tocar la puerta de la muerte. Aun cuando pudieron rendirse y  atrapar la primera alternativa, decidieron luchar hasta el final y desterrar el deceso de  este “hijo animal”.



Reflexión: Los animales van más allá de cumplir órdenes y en ocasiones padecer sufrimientos; estos amigos, así como los humanos poseen sentimientos, buscan siempre un refugio lleno de amor y calidez. Es hora de crear conciencia de lo que realmente sucede con los animales y a cuántos se pueden ayudar sin maltratar. Hoy es momento de decir: NO AL MALTRATO ANIMAL, CONCIENTÍZATE!

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