Dolor con fe de
salvación
El mejor amigo del hombre y tal vez el más fiel, termina siendo más que
un amigo; parte de la familia o muchas veces pasa por el papel de “hijo”. Es
así como este cachorro llamado Coco, nacido en una familia extensa de la cual fue separado a sus quince días de
nacimiento, corrió con suerte y fue adoptado por una familia humana llena de
cariño y amor para brindarle. A sus tres meses de edad sufre el virus de la parvo
virosis, este virus ataca algunas células claves del aparato digestivo y
provoca diarrea, depresión y, si no se ataja, incluso puede causar el
fallecimiento del cachorro.
Coco, pasaba sus días sin
comer y
sus amos no identificaban esta anomalía,
aún sin saber qué era lo que afligía al indefenso animal, decidieron llevarlo
al veterinario popular de barrio. Éste indicó que ya no se podía hacer nada
con él y que sus horas estaban contadas; palabras más, palabras menos; sugirió la
famosa y típica inyección que lo llevaría
directamente a su muerte final.
Esta familia desconcertada pero sin perder la
esperanza, optaron por llevarlo a una
clínica aún más especializada; ubicada en el barrio Restrepo de la ciudad de
Bogotá.
Ingresa por la sala de urgencias, sin saber
qué sucedería y algo desconcertado, inmediatamente es canalizado. Los especialistas
lo dejan en observación. Al paso de tres días de desespero del “amigo peludo”, aun
cuando los expertos agotan las esperanzas de salvación. Esta familia con fe y
amor deciden llenar su camilla de fotografías y letreros, algunos de ellos decían: “Vuelve pronto, te amamos con el
corazón. Att: Tu hermosa familia”
Sin entender cómo ni por qué, al quinto día de su hospitalización se
levanta de su camilla y come por primera vez, después de seis días de tragedia
y horror.
El amor de una familia unida y la fe, consumieron hasta la última
posibilidad de tocar la puerta de la muerte. Aun cuando pudieron rendirse y atrapar la primera alternativa, decidieron
luchar hasta el final y desterrar el deceso de
este “hijo animal”.
Reflexión: Los animales van
más allá de cumplir órdenes y en ocasiones padecer sufrimientos; estos amigos,
así como los humanos poseen sentimientos, buscan siempre un refugio lleno de
amor y calidez. Es hora de crear conciencia de lo que realmente sucede con los
animales y a cuántos se pueden ayudar sin maltratar. Hoy es momento de decir: NO
AL MALTRATO ANIMAL, CONCIENTÍZATE!
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